1. Introducción

Recientemente la violencia y el acoso en el trabajo han comenzado a recibir la atención que merece como un peligro grave para la seguridad y la salud, con un alto costo para las víctimas y el desempeño de la empresa. Es evidencia de ello que en junio 2019 la Conferencia internacional del Trabajo adoptó el Convenio número 190 de la OIT (o C190 para abreviar),el primer tratado internacional que reconoce el derecho de toda persona a un mundo laboral libre de violencia y acoso, incluidos la violencia y el acoso por razón de género Tanto los empleadores como los trabajadores tienen interés en reducir o eliminar la violencia en el trabajo. Para los empleadores la violencia y el acoso pueden implicar costos adicionales debido a un alto ausentismo, mayores primas de los seguros y pagos por indemnización. También puede generar una baja moral y una mala imagen para la organización, dificultando el reclutamiento y la permanencia del personal. En última instancia puede reducir la productividad y la competitividad. Para los trabajadores la violencia y el acoso pueden causar dolor, malestar e incluso discapacidad o muerte. Los ataques físicos son evidentemente peligrosos, pero los ataques psicológicos bajo la forma del maltrato verbal o las amenazas persistentes también pueden perjudicar la salud de los trabajadores con manifestaciones de ansiedad o estrés, el cual, a su vez, está asociado con un mayor uso de tabaco, al abuso del alcohol y las drogas, a otras adicciones o a comportamientos poco saludables. Los trabajadores suelen darse a una o más de estas actividades para encontrar alivio ante la carga de estrés y de violencia. El estrés, las adicciones y el comportamiento poco saludable también pueden causar violencia. El efecto acumulativo de dichas prácticas puede tener consecuencias drásticas sobre la salud física y mental de los trabajadores.

2. Comprender la violencia y el acoso en el trabajo

Definición

La violencia y el acoso en el trabajo no son fáciles de definir en pocas palabras. Muchos países tienen su propia legislación y normativa que regula la violencia y el acoso. En algunas ocasiones, es a través de sus códigos laborales, en otros casos en su código penal, leyes contra la violencia de género, leyes específicas contra el acoso laboral y otras veces incluso en las leyes de igualdad de oportunidades de la mujer. En algunos países existen múltiples leyes, regulación y jurisprudencia. En otros la legislación es escasa. En el código penal hondureño se define el acoso laboral vertical, es decir aquel en que el acosador o acosadora tiene una posición jerárquica superior a la víctima y el hostigamiento sexual. En su artículo 294, el Código Penal regula de forma específica el acoso laboral vertical, como aquella actuación que en el ámbito de cualquier relación laboral y aprovechándose de una relación de superioridad, se realiza contra otra persona de forma reiterada actos hostiles o despreciativos que, sin llegar a constituir individualmente trato degradante, provocan a la víctima una situación objetiva y gravemente humillante en el correspondiente ámbito de relación. El código también define el hostigamiento sexual en el artículo 256, como aquella actuación que en el contexto de una organización o en el ámbito de una relación laboral, docente, de prestación de servicios, deportiva o religiosa, continuada o habitual, solicita reiteradamente para sí o para un tercero, favores de naturaleza sexual y con tal comportamiento provoca objetivamente en la víctima una situación gravemente intimidatoria, hostil o humillante en el correspondiente ámbito de relación.

El Repertorio de la OIT sobre recomendaciones prácticas sobre la violencia en el lugar de trabajo en el sector de los servicios y medidas para combatirla define la violencia en el lugar de trabajo de la siguiente manera: “Toda acción, incidente o comportamiento que se aparta de lo razonable, mediante el cual una persona es agredida, amenazada, humillada o lesionada por otra en el ejercicio de su actividad profesional o como consecuencia directa de la misma.” Se usa el término maltrato o abuso para señalar todo comportamiento que se aleje de una conducta razonable y que involucre el mal uso de la fuerza física o psicológica. El término agresión/ataque generalmente incluye cualquier intento de lesión o agresión física a una persona, incluyendo daños físicos. Las amenazas abarcan las amenazas de muerte, el anuncio de una intención de dañar a una persona o causar perjuicios a sus bienes. En situaciones reales estos tipos de comportamientos suelen entrecruzarse, lo cual dificulta los intentos de categorizar las distintas formas de violencia.

¿Qué forma asume la violencia y acoso en el trabajo?

La gama de comportamientos que pueden incluirse, en general, bajo el término de violencia en el trabajo es muy amplia. La frontera de lo que constituye un comportamiento aceptable suele ser vaga y los valores y actitudes culturales sobre qué representa violencia son tan diversos que en la práctica la violencia en el trabajo puede ser un asunto muy complejo de identificar. Puede asumir la forma de una amplia variedad de comportamientos muchas veces entrecruzados, incluyendo la violencia no física y psicológica.

¿Física o psicológica?

No toda la violencia es física. En años recientes ha surgido nueva evidencia sobre los peligros de la violencia psicológica. El nuevo perfil de la violencia en el trabajo da el mismo énfasis al comportamiento físico que al psicológico y reconoce la importancia de lo que podrían parecer actos menores de violencia. La violencia también puede consistir en acciones reiteradas que por sí mismas podrían parecer relativamente insignificantes, pero en conjunto pueden acumularse y constituir formas graves de violencia psicológica, como el acoso sexual, la intimidación (bullying) o la presión de grupo. La intimidación en el lugar de trabajo es una forma de violencia cada vez más reconocida. Sucede cuando se dan comportamientos ofensivos reiterados que menoscaban a una persona o un grupo de trabajadores de manera vengativa, cruel, maliciosa o humillante.

Los reportes de otra forma de violencia colectiva sistemática han aumentado en los últimos años. Involucran la confabulación para el acoso psicológico o mobbing, contra algún empleado y el someterlo a acoso psicológico, por ejemplo, con constantes comentarios o críticas negativos, aislamiento, difusión de chismes o ridiculizando a la persona en cuestión. Aunque dichas prácticas podrían parecer en la superficie como acciones individuales menores, pueden tener un efecto muy grave.

La diferencia entre intimidación y acoso psicológico (bullying y mobbing) es que el primero lo hace una persona, mientras que el segundo lo hace un grupo que actúa en conjunto contra una persona. La intimidación (bullying) también puede derivar en acoso psicológico (mobbing) si la persona que lo hace es un alguien de estatus elevado en el lugar de trabajo. Otras personas se podrían unir por miedo a perder sus empleos, o para quedar bien ante el intimidador.

Aunque un solo incidente puede bastar para causar daños, el acoso sexual suele consistir en acciones reiteradas, no solicitadas, no recíprocas e impuestas que pueden tener un efecto muy severo en la víctima. Dado que los perpetradores en los lugares de trabajo suelen tener cargos más altos que la persona a la que acosan, las víctimas podrían estar demasiado asustadas para objetar o para presentar una queja formal. El acoso sexual puede incluir contacto inapropiado, comentarios, miradas, actitudes, bromas o el uso de lenguaje con orientación sexual, alusiones a la vida privada de una persona, referencias a la orientación sexual, insinuaciones con connotación sexual, comentarios o miradas lascivas a la ropa o la figura de la persona. Aunque el acoso sexual más comúnmente está dirigido a mujeres, los hombres también pueden ser víctimas de este tipo de violencia en el lugar de trabajo.

Situaciones de riesgo en el trabajo

Cada situación violenta es única y por lo tanto requiere su propio análisis. Es por ello que la predicción de actos específicos de violencia es extremadamente difícil. No obstante, hay muchas situaciones laborales en las que la violencia parece ocurrir con mayor frecuencia y que requieren consideración especial.

  • Trabajar a solas: Trabajar a solas implica que no haya testigos de la eventual violencia, hecho que, en sí mismo, aumenta el riesgo de violencia. Entre las situaciones de trabajo solitario de alto riesgo están el laborar en pequeñas tiendas o quioscos, así como las ocupaciones de conserjes, el personal de mantenimiento, los taxistas y aquellos que trabajan fuera del horario de oficina, particularmente de noche y cuando los clientes están intoxicados.
  • Trabajo en contacto con el público: Trabajar con el público añade un elemento de imprevisibilidad, ya que los trabajadores pueden verse expuestos a personas que tengan antecedentes de violencia, de enfermedad mental o a personas intoxicadas con drogas o alcohol. La violencia de un usuario puede ser desatada por un servicio de mala calidad o una percepción de ello, por una conducta despectiva o poco atenta de parte del trabajador o por la inconformidad general del cliente con una empresa, sin vínculos directos con el trabajador específico o con el problema existente en el momento en que se comete la violencia.
  • Trabajo con objetos de valor y dinero en efectivo: Siempre que hay, o que parece haber, objetos valiosos "de fácil alcance", existe el riesgo de que se cometan delitos, particularmente delitos violentos. Aunque hay trabajadores en muchos sectores que se enfrentan a este problema, los trabajadores de tiendas, oficinas postales e instituciones financieras, especialmente aquellos que manejan efectivo, están en mayor riesgo.
  • Trabajo con personas en dificultades: La violencia es tan común entre los trabajadores que están en contacto con personas en dificultades que a veces se le considera un peligro inevitable, inherente al trabajo. La frustración y la ira que emanan de la enfermedad y el dolor, los problemas relacionados con el avance de la edad, los trastornos psiquiátricos, además del abuso del alcohol y las sustancias pueden afectar el comportamiento y hacer que una persona reacciones con violencia verbal o física. El riesgo de violencia aumenta con: la pobreza y marginalización en la comunidad en la que vive el agresor; mala organización o equipo inadecuado en el lugar donde se realizan actividades de atención; formación insuficiente y pocas habilidades relacionales del personal que provee los servicios; un clima general de estrés e inseguridad en el lugar de trabajo.
  • Trabajar en ambientes cada vez más expuestos a la violencia: Los ambientes de trabajo que tradicionalmente han sido inmunes a la violencia se están viendo cada vez más afectados. Esta preocupante tendencia parece reflejarse en un crecimiento general de la agitación y la violencia comunitaria; el colapso de algunos valores sociales y la violencia en las escuelas es parte de esta tendencia. Los profesores han estado expuestos al riesgo de violencia por mucho tiempo; sin embargo, el nivel de riesgo que afrontan en muchos países se está haciendo inquietante.
  • Trabajo en condiciones de especial vulnerabilidad: Ello incluye las siguientes situaciones: un número creciente de personas con trabajos precarios y temporales; trabajadores inmigrantes y personas de distinto origen étnico o de contextos culturales diversos; trabajadores en industrias exportadoras que operan en zonas de libre comercio; trabajadores en áreas rurales y mineras, particularmente en los países en desarrollo; niños, de los cuales hay millones trabajando, tanto en países industrializados como en países en desarrollo.

3. Impacto en el lugar de trabajo

La violencia en el trabajo no sólo tiene efecto inmediato sobre la víctima, sino que además afecta a otras personas (directa o indirectamente), además de la empresa y la comunidad. El impacto y el costo de la violencia en el trabajo se manifiestan a varios niveles. A nivel individual: el sufrimiento y humillación que ocasiona la violencia suele generar desmotivación, pérdida de confianza, disminución de la autoestima, depresión, ira, ansiedad e irritabilidad. De la misma manera que pasa con el estrés, si las causas de la violencia no son eliminadas, o si no se controlan sus efectos, los síntomas pueden desarrollarse hasta convertirse en una enfermedad física, en trastornos psicológicos, en abuso del tabaco, el alcohol y las drogas y en otras adicciones. Podrían afectar otras áreas de la vida, como los hábitos alimenticios y de sueño. Podrían incluso terminar en accidentes del trabajo, enfermedades a largo plazo e incapacidad de trabajar o incluso en suicidios. A nivel del lugar de trabajo: la violencia causa una alteración inmediata y a menudo prolongada de las relaciones interpersonales, la organización de trabajo y el ambiente general de trabajo. Los empleadores sufragan el costo directo con el trabajo perdido, el aumento de las medidas de seguridad, el ausentismo, la rotación, los accidentes, enfermedades, la discapacidad y los fallecimientos. Enfrentan dificultades para reclutar y captar personal. También probablemente asumen los costos indirectos por la reducción de la eficiencia y la productividad, el deterioro de la calidad del producto y la reducción del volumen de transacciones. Los empleadores prestan cada vez más atención al impacto negativo de la violencia sobre “factores intangibles” como la imagen de la compañía, la motivación y el compromiso, la lealtad a la empresa, la creatividad, el clima laboral, la apertura a la innovación, el desarrollo de conocimientos y el aprendizaje. A nivel comunitario los costos de la violencia incluyen gastos médicos y de rehabilitación a largo plazo para las víctimas, prestaciones por desempleo y la nueva formación a las víctimas que pierden su trabajo como resultado de dicha violencia, además de los costos por discapacidad e invalidez cuando las capacidades laborales de las víctimas se ven menoscabadas por la violencia en el trabajo.

Recursos de la OIT:

SOLVE: Integrando la promoción de la salud a las políticas de SST en el lugar de trabajo, Guía del formador (https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---ed_protect/---protrav/---safework/documents/instructionalmaterial/wcms_203378.pdf)