Uno de los enfoques para crear espacios seguros, sin violencia ni acoso, que se está probando con éxito en empresas es generar un sentimiento de colectividad por el cual todas las personas trabajadoras son integrantes de una comunidad. Como integrantes de esta, se les protege y también protegen. Es decir, que todas las personas tienen la responsabilidad de intervenir antes, durante o después de un incidente, cuando ven o escuchan comportamientos que amenazan, acosan o fomentan la violencia.

Los integrantes de la comunidad o los testigos pueden ser personas trabajadoras de cualquier nivel: operativas, supervisoras, gerentes y también —o incluso cabe decir: y sobre todo— la alta gerencia.

Es imprescindible ser conscientes de que en muchos casos los incidentes de violencia y acoso ocurren sin testigos, sobre todo los más graves y cuando hay agresiones físicas. Además, de forma cotidiana son incidentes que consideramos leves o que incluso, sin una formación en el tema, pasan desapercibidos porque están naturalizados dentro de nuestra cultura. Esos incidentes sí suelen ocurrir delante de otras personas, y es aquí donde podemos y debemos actuar.

A continuación, ofrecemos algunos ejemplos de cómo podemos intervenir ante situaciones de acoso o violencia, dependiendo del grado de implicación que queramos tener. Cada una de estas respuestas no se puede aplicar en todas las situaciones de violencia y acoso; por ello, se brindan distintas posibilidades a modo de ejemplo. Aunque planteemos estos ejemplos, es conveniente formar a todas las personas en este tipo de intervenciones ANTES de pedirles su implicación.


Acciones de intervención después del incidente con un grado de implicación bajo

  • Sugerirle a la víctima que evite todo contacto con la persona agresora.
  • Hablar con la víctima y decirle que hemos visto cómo la han tratado y que no estamos de acuerdo con ese trato.
  • Ofrecer nuestra ayuda a la víctima, preguntarle si hay algo que puede hacer por ella.
  • Recordarle a la víctima que no es su culpa y que no está sola.
  • Hablar con otras personas que estuvieran presentes y ver qué sienten y opinan.
  • Recordarle a la víctima que describa el incidente por escrito para poder documentarlo.
  • Acompañar a la víctima a hablar con el personal de Recursos Humanos u otro personal de gerencia.
  • Acompañar a la víctima en caso de que quiera denunciar el incidente.
  • Días después del incidente, comprobar el estado de ánimo de la víctima.
  • Buscar información adicional para aprender más sobre las formas indiscutibles de violencia y acoso y sobre formas menos evidentes.

Acciones de intervención durante el incidente con un grado de implicación bajo

  • Introducir una distracción para interrumpir o difuminar la situación.
  • Cambiar el tema de conversación, fijando la atención en otra cosa.
  • Usar el sentido del humor para diluir la situación.
  • Interrumpir el incidente mediante un gesto de desaprobación.
  • Interrumpir el incidente diciendo que la conducta es inaceptable o mediante comentarios de desaprobación.
  • Si alguien durante el incidente dice que es una conducta inapropiada y pensamos lo mismo, expresar el apoyo para que se muestre que varias personas desaprueban la conducta.
  • No normalizar ni legitimar el incidente riéndonos o haciendo comentarios verbales o no verbales aprobando la conducta.
  • Hacernos partícipes de la situación
  • Pedir a las personas del entorno que se impliquen.
  • Preguntar a la víctima si se encuentra bien.
  • Buscar ayuda.
  • Acudir a un supervisor o integrante del área de RRHH para solicitarle que intervenga.

Acciones de intervención después del incidente con un grado de implicación alto

  • Confrontar a la persona acosadora luego del incidente.
  • Denunciar el caso en nombre de la víctima o en nombre propio.
  • Apoyar a la víctima a redactar una denuncia.
  • Apoyar a la víctima figurando como testigo de la situación.
  • Buscar otros testigos con quienes denunciar la situación.
  • Escribir todo lo que ha sucedido para documentarlo con detalle.

Acciones de intervención durante del incidente con un grado de implicación alto

  • Pedirle a la persona acosadora que cese la conducta.
  • Decirle a la víctima que denuncie el incidente

Para valorar si intervenir en una situación hay que seguir los siguientes pasos:

  1. Observar la situación:
    • Escuche las palabras que se están usando: ¿Es un tono adecuado?
    • Preste atención al lenguaje no verbal: ¿Se siente todo el mundo cómodo?
    • Busque las diferencias de poder: ¿Piensa que hay abuso?
    • Mire alrededor: ¿Hay más personas? ¿Alguien está solo?
  2. Interpretar la situación:
    • ¿Qué le dice su instinto?
    • ¿Qué impacto tiene esto en usted, en su equipo o en su entorno?
    • ¿Se parece esta situación a situaciones de las que se ha hablado en las formaciones y conversaciones sobre violencia y acoso?
  3. Valorar las posibles estrategias y preguntarse:
    • ¿Puedo generar un impacto?
    • ¿Es seguro?
    • ¿Cuál es la mejor estrategia dada la cultura de mi empresa y mi grado de influencia?

Hay dos reglas de oro:

En caso de duda, preguntar. En ocasiones podemos no estar seguros de si una situación se puede considerar violencia o acoso y si tiene la gravedad suficiente para intervenir. Siempre, independientemente de nuestra valoración personal, conviene no minimizar la situación y preguntar tanto a la víctima como a una persona del área de Recursos Humanos o designada a tales efectos.

No hay acción pequeña. No es necesario que «resolvamos la situación». Realmente las acciones que tomamos dependen de muchas cuestiones: cómo nos sentimos, los riesgos que estamos tomando o nuestro estilo de intervención, entre otras. No es necesario hacer algo dramático para que tenga un impacto. Lo importante es saber que por poco que hagamos, ya es algo y contribuye a eliminar la violencia y el acoso en nuestro amiente laboral.

Anterior Siguiente